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Hoy nos vamos a centrar en una parte esencial de nuestro coche que a menudo pasa desapercibida: ¡los amortiguadores!
Si en algún momento has sentido que tu vehículo no responde de la misma manera que antes, es posible que sea hora de reemplazar sus amortiguadores. En este artículo, revelaremos las señales claras que indican cuándo ha llegado ese momento crucial.
Así que, prepárate para aprender sobre la importancia de tener unos amortiguadores en perfecto estado.
¿Qué son los amortiguadores y por qué son importantes?
Los amortiguadores son una parte esencial de cualquier vehículo y tienen un papel importante en la seguridad y comodidad del mismo. Son responsables de absorber los impactos y las vibraciones que se generan en la carretera y si no se mantienen en buenas condiciones, pueden afectar seriamente al rendimiento y la estabilidad del vehículo.
Sin embargo, al igual que cualquier otra pieza mecánica, con el tiempo los amortiguadores se desgastan y pierden eficacia. Esto puede ser peligroso ya que afecta directamente la capacidad de frenado, dirección y manejo del vehículo. Por esto, es importante estar atentos a las señales claras de que nuestros amortiguadores necesitan ser reemplazados y evitar problemas mayores en el futuro.
A continuación, te explicamos cuáles son las señales más comunes de que tus amortiguadores necesitan ser reemplazados.
- Vibraciones excesivas: si sientes una vibración inusual en el volante o en todo el vehículo mientras conduces, es posible que esto sea un signo de desgaste en los amortiguadores. Estas vibraciones pueden aumentar al pasar por baches o al acelerar a altas velocidades.
- Dificultad para frenar: los amortiguadores ayudan a mantener los neumáticos en contacto constante con la carretera, lo que mejora la capacidad de frenado del vehículo. Si notas que tu coche tarda más tiempo en detenerse, o ha disminuido la capacidad de frenado, es probable que los amortiguadores estén defectuosos.
- Desgaste irregular de los neumáticos: un desgaste irregular de los neumáticos es una señal de que algo no está funcionando correctamente en la suspensión del vehículo. Si observas un desgaste excesivo en los bordes de los neumáticos, es probable que los amortiguadores estén desgastados, lo que puede generar un desgaste prematuro de los neumáticos y afectar la estabilidad.
Otra señal a tener en cuenta es la inclinación lateral del vehículo al tomar curvas o giros cerrados. Si notas que tu coche se balancea demasiado o pierde estabilidad en estas situaciones, puede ser una indicación de falta de efectividad en los amortiguadores.
Además, debemos prestar atención a cualquier ruido extraño proveniente del sistema de suspensión.
Consecuencias de no cambiar los amortiguadores a tiempo
No cambiar los amortiguadores de un vehículo a tiempo puede tener diversas consecuencias negativas para la seguridad, el rendimiento y la durabilidad del automóvil.
Los amortiguadores desgastados o defectuosos pueden llevarte a perder el control del vehículo. Esto aumenta el riesgo de accidentes, especialmente en condiciones de conducción adversas, como carreteras mojadas o con baches.
El exceso de vibraciones y movimientos del vehículo puede causar daños a otros componentes del automóvil, como la suspensión, los frenos y la dirección.
También afectará negativamente en la eficiencia del combustible, ya que el vehículo puede experimentar una mayor resistencia al rodaje y una menor eficiencia en la combustión.
En conclusión, si los amortiguadores de tu coche están en mal estado:
- Puedes poner en riesgo tu seguridad.
- Estarás desgastando y forzando otras piezas de tu coche, que te pueden llevar a provocar averías.
- Bajará el rendimiento.
- Disminuirá el confort.
Cuando se deben cambiar los amortiguadores
El momento de cambio de los amortiguadores, así como de cualquier otra pieza de tu coche, variará en función de la marca y modelo del vehículo, además también dependerá de; el estilo de conducción y las zonas por las que se suela circular.
En condiciones óptimas, los amortiguadores de un coche están preparados para durar entre 80.000 y 100.000 Kilómetros, pero esto puede variar dependiendo de distintos factores.
No olvidemos que es importante revisar los amortiguadores de tu coche, al menos cada 20.000 kilómetros.