En la época en la que vivimos, la gestión de residuos y la sostenibilidad medioambiental es de vital importancia. Por este motivo es imprescindible  la concienciación con la contaminación  y el reciclado de los coches.

Actualmente entre el 90% - 95% de un vehículo puede ser reciclado, bien en la reutilización de sus piezas para recambios o bien siendo sometido a distintos tratamientos, para transformarlo en otro materiales.

El propietario del vehículo es el primer responsable, y debe de entregar el coche a un Centro Autorizado de Tratamiento (CAT), para proceder a su baja y que  el proceso de reciclado pueda llevarse a cabo.

Una vez en el desguace, el primer procedimiento es descontaminarlo. Por un lado, se extraen todos los residuos, que puedan contener materiales peligrosos o contaminantes, como baterías, combustible, aceites, gas del aire acondicionado, etc., para proceder a su almacenamiento y  tratamiento adecuado.

Una vez terminado este proceso, se organizan, catalogan y almacenan las piezas que se consideran que pueden ser reutilizadas como piezas de recambios  o repuestos para otros usuarios.

Los residuos restantes, pasan por un proceso de separación y trituración,  de esta manera, por un lado se obtienen los metales no férricos, como el cobre o el aluminio, y por otro lado se obtienen los materiales no metálicos. Mediante distintos procesos, se llega a la transformación en otros materiales o sustancias, con distintas finalidades.

Aproximadamente en Europa se reciclan unos  8 millones de vehículos al año.

Como podemos comprobar si, se hace una buena gestión de reciclado, se puede alargar la vida de algunos materiales, ahorrar energía y reducir  el impacto de contaminación.