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Durante los últimos meses y a causa de la reducida movilidad, hemos conseguido tener un aire más limpio en nuestras ciudades.
Pero seguramente que esto no va a durar mucho tiempo y pronto volveremos a ver esas imágenes de niebla y la preocupante contaminación.
La mayoría de nosotros pasamos bastante tiempo en nuestro coche, (se estima que entre 2 y 3 horas diarias de media) y seguro que nunca nos hemos parado a pensar que en el interior de nuestro vehículo además de la contaminación del exterior también se acumulan otras sustancias que pueden ser muy perjudiciales para nuestra salud.
Cuando circulamos por la ciudad, es muy habitual abrir la ventanilla para que nos entre aire de fuera, sin darnos cuenta que estamos introduciendo en nuestro coche todo el aire contaminado.
Un estudio de la Universidad de Navarra revela que la contaminación que respiramos dentro de nuestro coche puede ser 50 veces superior a la que respiramos si estamos en el exterior.
Y aumenta mucho más si estamos en un atasco o parados en un semáforo.
Entonces, ¿que debemos hacer para respirar de forma más saludable en el interior de nuestro vehículo?
La mayoría de fabricantes están incorporando soluciones innovadoras para mejorar la calidad del aire en el interior del automóvil y crear un ambiente mucho más saludable.
Como por ejemplo, un filtro de habitáculo, que además de proteger del polen y del polvo, filtra los gases contaminantes que emiten otros vehículos o el Sistema de Calidad de Aire Interior (IAQS), que incluye un sensor que monitoriza el aire entrante en busca de sustancias nocivas. Si las detecta, la toma del aire del automóvil se cierra automáticamente.
La calidad del aire en el interior de nuestro automóvil es un asunto de gran importancia.
Gracias a los fabricantes, cada vez contamos con más medidas de prevención, pero los usuarios del vehículo debemos tomar algunas precauciones, como limpiar el interior de nuestro vehículo con productos que no sean nocivos, sustituir los filtros a su debido tiempo y realizar un mantenimiento adecuado.
A la larga, nuestros pulmones y los de nuestra familia lo terminarán agradeciendo.