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La junta de culata es una de las partes imprescindibles de un coche, se sitúa entre la culata y el bloque motor y aunque parece una pieza muy simple realmente es bastante compleja, ya que debe garantizar la estanqueidad de la compresión del motor y está sometida a grandes presiones.
De esta pieza depende de que el motor funcione en perfectas condiciones.
Con el paso del tiempo y el aumento de los kilómetros puede llegar a deteriorarse, sobre todo si el motor ha estado sometido a sobrecalentamientos o continuos esfuerzos.
Aunque la pieza no tiene un coste muy elevado, es una avería bastante costosa por la mano de obra. El coste también dependerá de la marca y modelo de nuestro coche.
Hay algunos síntomas que pueden indicar que nuestro coche tiene un problema en la junta de culata.
Uno de los más comunes es que al arrancar el tubo de escape emita humo blanco denso.
Si el motor se calienta demasiado de forma habitual, es un síntoma de que algo no va bien, no necesariamente tiene que ser un problema con la junta de culata, pero podría ser un aviso de que no está en buenas condiciones.
La bajada del nivel del líquido refrigerante, también puede ser síntoma de que hay una fuga en la junta.
Si notamos fugas o pérdidas de aceite.
Si al parar el vehículo escuchamos un sonido de burbujas en el motor.
¿Se puede utilizar el coche con la junta de la culata rota?
En muchas ocasiones cuando aparecen los primeros síntomas de una junta de culata con problemas no le prestamos mucha atención y seguimos circulando con nuestro coche, de manera que con el uso aumenta el problema y por lo tanto los daños.
Por lo que no es recomendable utilizar el coche si tenemos alguna sospecha de que puede haber algún problema con la junta de culata.
Debes tener siempre en cuenta que detectar posibles averías o daños a tiempo, puede ahorrarte un gran desembolso de dinero.