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Cuando llega el calor, pensamos en vacaciones, viajes y escapadas para disfrutar del verano. Pero no somos conscientes de que las olas de calor no solo afectan a las personas, también ponen a prueba la mecánica de tu vehículo. Si no estás atento, puede que termines en el arcén esperando una grúa.
Hoy vamos a recordar las piezas del coche que más se rompen en verano y cómo puedes adelantarte para no quedarte tirado en el peor momento.
¿Por qué nuestro coche sufre en verano y se rompen más piezas?
Durante los meses de verano, las temperaturas exteriores pueden superar fácilmente los 35 o 40 grados, y la temperatura del asfalto puede llegar a los 60 °C. A esto hay que sumarle que en muchos casos los coches hacen viajes más largos, con carga adicional (maletas, bicis, remolques…) y también hacemos más uso del aire acondicionado.
Todo esto provoca un esfuerzo extra en muchos componentes del vehículo, que se deterioran más rápido si no están en buen estado. Incluso las piezas más simples pueden fallar bajo estas condiciones si no les prestamos atención a tiempo.
¿Qué piezas sufren más?
A continuación, te explicamos qué piezas son las más afectadas por el calor del verano, qué síntomas puedes detectar y qué puedes hacer para prevenir averías.
1. La batería
Aunque mucha gente piensa que las baterías solo fallan en invierno, el calor extremo también puede provocar su deterioro. Las temperaturas altas aceleran la evaporación del electrolito, reduciendo su capacidad y vida útil.
Síntomas de una batería dañada
- Dificultad al arrancar el coche.
- Fallos en los sistemas eléctricos.
- Luz de batería encendida en el salpicadero.
Si tu batería tiene más de 3 años, revísala antes de salir de vacaciones y si es necesario cámbiala.
2. El sistema de refrigeración
El sistema de refrigeración es clave durante los meses de verano. Si no funciona correctamente, el motor puede sobrecalentarse y generar averías graves. El radiador, el termostato y la bomba de agua trabajan al máximo durante los meses calurosos.
Síntomas de un fallo en el sistema de refrigeración
- El coche se calienta más de lo normal.
- El ventilador no se activa.
- Fugas de líquido refrigerante.
Comprueba el nivel del líquido refrigerante y revisa si hay manchas en el suelo del garaje. Cambiar una manguera o el termostato a tiempo puede ahorrarte una avería mucho más costosa.
3. Los neumáticos
El calor afecta directamente a los neumáticos. A mayor temperatura, más presión interna y más desgaste. Si los neumáticos están viejos o con una presión inadecuada, el riesgo de reventón aumenta.
Debes estar muy atento a cualquier señal de que los neumáticos pueden estar desgastados, si notas vibraciones al conducir, mayor dificultad de frenado o un desgaste irregular en la banda de rodadura debes hacer una revisión. No olvides comprobar la presión cada 2 semanas y siempre antes de un viaje largo. Y si ves grietas, cortes o la goma muy lisa, es hora de cambiarlos.
4. Las escobillas limpiaparabrisas
Puede que no llueva mucho en verano, pero el sol directo hace que las escobillas se resequen y pierdan flexibilidad. El resultado es que, cuando las necesitas, no limpian bien.
¿Cómo sé si tengo que cambiar las escobillas?
- Dejan marcas en el cristal.
- Hacen ruido al pasar.
- Saltan o se quedan pegadas.
- Si tienen más de un año, cámbialas, son baratas y fáciles de montar tú mismo.
5. Los faros y pilotos traseros
En muchas ocasiones no tenemos más remedio que dejar el coche aparcado en el exterior, ya sea en la calle, en un descampado o bajo el sol directo durante horas. Esto, aunque parezca algo sin importancia, puede afectar seriamente a los faros y a los pilotos de nuestro coche. La exposición continua al sol y a las altas temperaturas del verano provoca que se deterioren con el tiempo, llegando a agrietarse o a perder su transparencia natural. Además, ese desgaste puede provocar que las juntas pierdan estanqueidad, lo que permite la entrada de humedad en su interior. Esto da lugar a faros empañados que reducen considerablemente la visibilidad y también a una iluminación más tenue, algo que afecta tanto a tu seguridad como a la visibilidad que tienen otros conductores de tu coche.
Si notas que los faros de tu coche ya no alumbran como antes, no lo dejes pasar. Cambiar un faro no es complicado y puede suponer una gran diferencia en tu seguridad al volante. Además, mantener estas piezas en buen estado no solo mejora la visibilidad nocturna o en condiciones de lluvia, sino que también te evita posibles sanciones si las luces no funcionan correctamente.
El verano es para disfrutar, no para estar pendiente del coche. Pero si no revisas estas piezas antes de ponerte en carretera, puedes acabar pagando averías caras o quedarte tirado en el peor momento.
La buena noticia es que muchas de estas piezas se pueden revisar y cambiar fácilmente. Y si las compras en nuestra tienda online, te ahorras dinero, tiempo y disgustos. Tenemos un amplio catálogo de recambios de coche, con envío rápido y atención personalizada.