El proceso de reciclaje de un vehículo

 

 

Casi 853.000 vehículos fueron dados de baja en España en 2019. De total de coches que se retiraron del parque automovilístico, 631.000 eran turismos, 120.000 eran camiones y el resto estuvo repartido entre motos, autobuses, tractores…etc. 

De los turismos los más vendidos: Seat Ibiza, Renault Mégane, Ford Fiesta son los asiduos visitantes de los CAT (Centro Autorizado de Tratamientos de Vehículos)

Es importante no olvidar que dejar el coche abandonado en la vía pública se considera en muchas provincias un abandono de residuo sólido. Las multas previstas por falta grave pueden ir de 600 a 30.000€, en función de la gravedad y tamaño del vehículo (utilitario, furgoneta o camión). 



Proceso de reciclado de vehículos. Estas son las fases:

1. El vehículo debe estar dado de baja en Tráfico y este trámite lo debe hacer el propietario de éste. 

2. Llevar el vehículo a un CAT (Centro Autorizado de Tratamiento de Vehículos), lo que antes se le llamaba “desguace”. 

3. El CAT ya se encarga de todo a partir de este momento: retirar los componentes peligrosos y contaminantes es lo más importante.

4. Clasificación y almacenaje de piezas y elementos que se pueden reutilizar (retrovisores, amortiguadores, motores…etc).

5. Todo lo que queda después de los procesos anteriores, se manda a la fragmentadora para que lo convierta en chatarra.

6. Estos restos se envían a empresas especializadas que separan los metales del vidrio y otras impurezas.  



Tratamiento de los residuos peligrosos

Filtro de aceite: Se separan los componentes para reciclarlos. Por un lado la parte metálica y, por otro, la parte del filtro para convertirla en papel.

Combustible: Los vehículos que llegan al CAT no suelen hacerlo con mucha gasolina pero la que queda se puede reutilizar, aunque está prohibida su venta. 

Gases: Suelen proceder del sistema del aire acondicionado. Si es peligroso para la capa de ozono, se destruye. Si no, se extrae, se purifica y se reutiliza.

Líquidos: Dependiendo de su procedencia, pueden ser reciclados y regenerados. 

Si no, irán a unos contenedores para su destrucción dependiendo de su procedencia. 

Baterías: Debe separarse con cuidado el ácido que contiene para ser reutilizado o destruido. Tras esto se separan y reciclan los metales de sus placas y el plástico.

Tratamiento de los residuos no peligrosos

Neumáticos: No son peligrosos, en principio. Quemarlos es altamente contaminante. Se pueden reciclar o reutilizar en decenas de productos.

Piezas mecánicas: Su más que probable destino será algún particular que no quiere gastarse demasiado dinero en un recambio nuevo y prefiere uno usado.

Aluminio: Un elemento que se puede reciclar y convertir de nuevo en el mismo componente, presente en multitud de piezas de coches nuevos.

Fibras: Dependiendo de su estado, son difícilmente reutilizables. Las que no se pueden reciclar tienen mucho valor energético.

Cables: Se separa el metal del plástico. Ambos productos son reciclables y convertibles en nuevos cables y conductores de corriente para nuevos vehículos.

Plásticos: Algunos pueden reutilizarse en su totalidad como piezas de recambio. Otros se pueden reciclar, fundiéndose y convirtiéndose en piezas nuevas.

Cristales: Las ventanillas, parabrisas o faros de cristal son reciclables y reutilizables para componentes de coches nuevos y otros elementos como ventanas de edificios.



¿Qué partes se reciclan de un coche?

Aunque no tienen aprovechamiento energético, la chapa, aceros y metales, como el cobre, aluminio y zinc se reciclan en un 75%.

Los neumáticos y otras piezas de caucho se aprovechan en un 4%. Papeles y cartón se aprovechan para producir energía en un 1%.

Anticongelante y líquido de frenos, así como el aceite, significan un 1% del total de reciclaje del coche. 

Los plásticos pueden ser o reciclables (de un 3,5 a un 5,5%) o aprovechables para producir energía (1%).

El vidrio procedente de las ventanillas, sólo significa un 3,5% del reciclaje total y no tiene uso como productor de energía.

Tapicerías y otros elementos textiles del vehículo, se aprovechan muy poco: un 1,2% como valor energético o se llevan directamente en el vertedero.

El resto de materiales y piezas son difíciles de reciclar. Por ejemplo, zapatas de freno o filtros de aceite solo se pueden aprovechar en un 0,8%. Todo lo demás acaba en la basura.

Después de un accidente o de una baja definitiva, todos los coches pueden reencarnarse en todo tipo de objetos. La Administración pretende que en 2020  se pueda aprovechar hasta el 95% del coche. 

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